domingo, 5 de enero de 2014

Los propósitos de año nuevo

La fe, el propósito de año nuevo

Inicia un año nuevo, con él vienen retos, promesas, planes, propósitos por realizar, pensamos en cuidar la salud, bajar de peso, comprar o cambiar el automóvil, casa, cambiar de trabajo, para vernos mejor, ganar más, estar más cómodos, todo por sentirnos mejor.

Y es valido cada uno de estos esfuerzos realizarlos por nuestra salud y bienestar, pero de lo que poco nos ocupamos es de nuestra fe, la fe que hemos recibido de nuestras familias, la fe que nos alimenta el alma y el espíritu, y que de la misma manera debemos alimentar, nutrir, fortalecer y cuidar.

Las razones de por que queremos un cambio pueden ir por muchos lados, pero todas llegan al mismo punto, bienestar, en el caso de la fe, también debemos pensar en lo mismo.

Hay casos desde situaciones simples o complicadas, incluso cosas que congestionan nuestra fe, y que lejos de ayudarnos a nutrir y fortalecer, nos debilitan y complican más.

Un propósito de año nuevo puede ser precisamente el fortalecer nuestra fe, quitar los malos hábitos o ideas distorsionadas sobre nuestra fe. Estas distorsiones la Iglesia las llama “sincretismo”  que es el resultado de querer unir dos ideologías contrarias y pretender una nueva que solo genera una sensación de placebo.

Juntar filosofías orientales, que en ellas mismas son contrarias, es un fenómeno muy común en occidente, además de que algunos pretendan conservar una fe católica, será una clara señal de que está muy débil, que además va de la superstición a la incredulidad dañando las bases fundamentales de la fe.

Ejemplo de esto encontramos al Reiki, Feng shui, y el yin yang.

El Reiki es una práctica pseudocientífica que  considerada como medicina complementaria y alternativa, es decir, no científica, que afirma tratar de lograr la sanación o equilibrio del paciente a través de la imposición de las manos del practicante, canalizando cierta supuesta "energía vital universal". Las pruebas clínicas realizadas no han encontrado ningún efecto positivo más allá del placebo[1].

El Yin yang explica que el mundo es dual, solo tiene dos lados, negro y blanco, arriba y abajo, bueno y malo[2]. Desde  la fe católica el mundo es más que blanco y negro, tenemos una diversidad de colores, tenemos una riqueza de posibilidades, creer que solo podemos ser buenos o malos, se empata con una herejía de la predestinación, que  pretende decir “ya estas salvado, no necesitas nada” o “ya eres malo, nada de lo que hagas puede ayudarte” eres blanco o negro. El Jansenismo (herejía condenada por la Iglesia en el siglo XVII).

El Feng shui es una forma de geomancia o adivinación por la tierra,  desarrollada en China. Originalmente era una forma de conocimiento que estudiaba los cambios que ocurren en la naturaleza, el clima y los astros. Los orígenes del Feng shui varían según las fuentes. Por un lado toma la simbología del I ching (o libro de los cambios). Por otro, incorpora los cinco elementos (Wu xing). A partir de la instauración de la república, el Feng shui (junto con otras prácticas tradicionales de la cultura china) fue prácticamente prohibido[3].

Lo mismo que estas filosofías de origen oriental, tienen direcciones diferentes, hay ideas que condicionan la vivencia de la fe, como son los falsos profetas, la idea extraña de querer saber el futuro, cuando en realidad el profeta es quien anuncia lo que es de Dios y denuncia lo que no lo es, por lo que cualquier idea contraria como adivinaciones, supersticiones, las podemos poner en duda. Lo explica el Catecismo de la Iglesia en su numero 2004: “Entre las gracias especiales conviene mencionar las gracias de estado, que acompañan el ejercicio de las responsabilidades de la vida cristiana y de los ministerios en el seno de la Iglesia: Teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe; si es el ministerio, en el ministerio, la enseñanza, enseñando; la exhortación, exhortando. El que da, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que ejerce la misericordia, con jovialidad (Rm 12,6-8)”.  Pero nunca como un medio para espantar o generar división.

La revelación máxima la encontramos en Jesucristo, el nos revela al padre, cualquier revelación que se aparte de lo dicho por Cristo la podemos poner en duda, mas ante el fenómeno actual de querer  saber sobre el fin del mundo y las circunstancias que se viven en el mundo, que no son nuevas, pero para muchos son signo de escándalo, bien lo dice san Lucas en el Evangelio “Es imposible que no haya escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen! Más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino y le arrojen al mar, que escandalizar…” (Cfr. LC 17, 1-ss).

Las supersticiones, adivinación, horóscopos, amuletos, tarot y demás formas de querer conocer el futuro, condicionan la fe, la amarran a un ancla que entorpece el crecimiento, jugando con la sugestión o generando placebos que lejos de aportar una solución o fortalecer, hacen que se tengan mas condicionamientos, temores, dudas y en algunos casos se llega a tener daños permanentes en la autoestima,  dignidad y otras áreas de la vida, que afectan la salud física y emocional y por lo tanto la fe. Dice el Catecismo 2115 “Dios puede revelar el porvenir a sus profetas o a otros santos. Sin embargo, la actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto. Sin embargo, la imprevisión puede constituir una falta de responsabilidad”.

Continúa diciendo en los números siguientes:

2116  Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone "desvelan" el porvenir. La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a "mediums" encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.

2117  Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo -aunque sea para procurar la salud-, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.

Tener como propósito fortalecer la fe, es conocerla, incluso cuestionarla, una fe fundamentada, critica, analítica, que se prepara, que busca tener elementos reales, y que se aparta de lo que no es real, que no genera un compromiso.

¿Cómo saber si estoy viviendo en la realidad? Cuando tenemos metas claras, objetivos y hay compromiso con lo que somos y hacemos, preparándonos, fortaleciendo lo que somos y hacemos, y no esperando milagritos o formulas mágicas que solucionen los problemas o en algunos casos hasta caprichos que no ayudan a nuestro desarrollo y crecimiento.

Pensar que la fe es independiente de la vida diaria, es uno de los peligros más comunes, fácilmente genera una idea deformada de vivir y actuar en congruencia.

Hay peligros para tener una fe sana, fuerte, pero es parte del reto de vivir, comprometidos con lo que somos y hacemos. Así como buscamos fortalecer nuestro cuerpo, nuestra economía, también debe ser un reto fortalecer nuestra fe, alimentarla sanamente con la palabra de Dios, si es posible tomar algún curso, vivir los sacramentos, la oración para dar testimonio del amor de Dios entre nosotros.

Carlos Escorza Ortiz
Teólogo









[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Reiki
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Yin_y_yang
[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Feng_shui 

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